En África, hay muchos antílopes; son unos animales simpáticos que corren muy rápido. Los habitantes de África son los hombres negros; pero también hay hombres blancos. Aunque están de paso, los hombres blancos hacen negocios y necesitan que los hombres negros los ayuden; pero los hombres negros prefieren bailar en vez de construir carreteras o líneas de ferrocarril, porque es un trabajo muy duro para ellos que a veces los mata.
Cuando llegan los blancos, muchas veces, los negros se escapan, entonces los blancos los atrapan con lazos y los negros se ven obligados a construir el ferrocarril o la carretera. Los blancos los llaman «trabajadores voluntarios.»
Una avestruz insaciable, un camello furioso o un caballo rebelde son algunos de los personajes de este libro en el que Prévert construye historias que evocan la confrontación, siempre explosiva, entre animales y personas. Relatos brillantes donde Prévert critica la pedantería de los seres humanos y enjuicia sus conductas más degradantes como la colonización y la opresión en todas sus formas.