Los poemas de «Tras, tras, cucutrás» son la materialización
sonora y literaria de la diversión, representan la dimensión lúdica
del verso, componen un divertimento de rimas en hábil equilibro. Letras y sílabas se agrupan en una simpática compañía para dar lugar a palabras surrealistas y sin sentido, cuando no son
las propias palabras las que adquieren significados exóticos...