Valentina acompaña a su madre al basurero en el que juntas recogen materiales aprovechables. Un día, el buen día de esta historia, Valentina se pierde y, bajo la sombra protectora de una cigüeña, iniciará una aventura con un nuevo amigo que le ayudará a sortear peligros en espacios desconocidos para ella.
Esta historia, narrada con un ágil discurso directo, contiene elementos propios de los cuentos populares. Sus cautivadoras ilustraciones sorprenden por el juego con el color y los cambios en el punto de vista, descubriéndonos, como a Valentina en su incierto viaje, que siempre hay algo que brilla.