El ratón Klaus es chiquitito, orejón, chato y bigotón. Y además, tiene mucha hambre. Pero nada de lo que prueba lo sacia, hasta que llega a una librería y se come las páginas de los libros. Por primera vez, siente su estómago lleno. La librera y el ratón llegan a un acuerdo: ella le leerá historias y él la ayudará en la librería.
Un álbum ilustrado sobre el amor por la lectura y un bello homenaje a libreras y libreros y a bibliotecarias y bibliotecarios.