Nuestra protagonista no quería lavarse los dientes. Para ella el monstruo más terrorífico que había era el dentista. Hasta que una noche algo se movió detrás de la cortina de la bañera. Y no, esa noche no fue la típica excusa para no lavarse los dientes. Detrás de la cortina había un monstruo, grande, peludo … ¡y se estaba lavando los dientes!
Abre este libro y verás lo que descubres. Pero ve con cuidado … Te puedes encontrar con monstruos terroríficos. Y el que más miedo da, y debes evitar a toda costa, es el que menos te esperas.