Lo que el lector tiene en las manos son unas memorias que se leen como una novela, o, si se prefiere, una novela que reconstruye una vida real. Y a través de sus desgarradoras y emocionantes páginas descubrirá la severidad de una infancia pobre en Flandes, el nacimiento de la pasión salvadora por la pintura, a la que Urbain se abocará con tesón, las atroces experiencias vividas en el frente durante la Gran Guerra, la vida posterior marcada por las heridas físicas y sobre todo psíquicas de ese horror, la construcción de una familia, las penurias pasadas durante la Segunda Guerra Mundial... Y entre todas esas peripecias aflora una historia inesperada: la de un amor trágico, un dolor y una promesa, la de la superación de una pérdida y el rostro verdadero que aparece en un lienzo...
Un libro único, arrebatador, excepcional, a un tiempo la narración biográfica de la vida de un ser humano y una singular crónica del siglo XX. Un libro que nos habla del pasado y del presente; de experiencias y de recuerdos; de los anhelos, las pérdidas, el dolor y la felicidad de los que está hecha la vida.