«Un día me dije: Aunque talles madera, modeles barro o pulas el mármol mejor que nadie, ¿de qué sirve, si no cuentas tu propia historia? […] ¿cómo puedes pretender que alguien, quien sea, sienta interés por tu pequeño modelar o esculpir obsesivo, si no cuenta una historia que te sea propia? Pero cuidado. Tu historia no es la que te han contado. La que han querido que te creyeses, costase lo que costase. Somos
relatos, estratos de relatos, somos la lacería, el tejido de los relatos que cuentan otros, los padres, los mayores. Cada uno cuenta su pequeño testimonio, con esa buena fe enorme y devastadora del que puede jactarse de que estuvo allí. Somos lo que los demás dicen que somos. A nuestro nombre poco a poco se van agregando fragmentos de ser.»
Louise Bourgeois (París, 1911-Nueva York, 2010) habla, habla y habla. Habla consigo
misma, repasando los fragmentos de su largavida, en todo su desorden, componiendo su propio retrato: el retrato que construye Jean Frémon a partir de sus recuerdos de una mujer plenamente entregada a su arte y a la vida –una vida que es también la de todo un siglo–, que no recibió el debido reconocimiento como una de las grandes artistas de nuestro tiempo hasta muy al final de sus días.
Jean Frémon (París, 1946) es escritor y presidentede la Galerie Lelong, establecida en
París y Nueva York. Frémon fue amigo y marchante de Louise Bourgeois desde 1980 hasta su muerte en 2010. Es autor de numerosos ensayos sobre artistas contemporáneos, varias novelas, poemarios y colecciones de relatos, algunos de los cuales han sido publicados en esta misma editorial.