RAFAEL ávido de placer y de conocimiento, intuyó desde muy joven que su talento sólo podría ser apreciado en la Roma desenfrenada y sensual de los papas Julio II y León X. Llega a la ciudad eterna a los venticinco años, y al cabo de pocos meses acaba por convertirse en la estrella más brillante de su firmamento intelectual. Cuando se muere a la edad de 37 años, deja a la ciudad sumida en la desesperación que sigue a la desaparición de un principe admirado y querido por todos. Antonio Forcellino, consultando documentos, recogiendo testimonios e interpretando la obra de Rafael bajo la mirada del experto restaurador que es, nos presenta una biografía tan fascinante como una novela. En unas páginas extraordinarias y desprejuiciadas, el genio de Urbino aparece liberado de tantas censuras que han tratado de domesticarlo y el mito vuelve a ser hombre y artista.
UNA VIDA FELIZ que supera cualquier conflicto, que recompone cualquier tensión cultural, social y erótica.