Una tarde de marzo de 1629. Dos hombres se sientan ante una jarra de vino y empiezan a charlar. El mayor de ellos es ya una leyenda viviente, el pintor más celebrado de Europa, estragado, viudo, ahíto de fama y de dinero. El joven ha llegado de Sevilla pocos años antes y está empezando a abrirse camino como pintor y como cortesano. El mayor es sensual, abigarrado y barroco; el joven serio, austero y elegante. El mayor se llama Pedro Pablo; el joven, Diego. Ambos beben, hablan, comparten ideas, analizan, discuten, se lanzan pullas y tratan de arrancarle algún secreto al otro... El arte, la ambición, la política, las intrigas palaciegas y diplomáticas van saliendo a escena, mientras la tarde se convierte en noche y esta lucha de poder entre dos genios mantiene al lector en una tensión que se resolverá... con una pincelada de imaginación.