«Pensar es pensar la incertidumbre», Jorge Wagensberg
A lo largo de sus múltiples conferencias, libros y artículos, Jorge Wagensberg se ha encontrado con que la esencia de sus aportaciones podría sintetizarse en un pensamiento afortunado. Otras veces, las clases, los seminarios, las conversaciones o las lecturas cristalizan en una sentencia que atrapa la cuestión primordial. Por fortuna para el lector, él ha ido recopilándolas en un cuaderno aparte. Como nos cuenta en el prólogo, «son frases que concentran bien una idea. Cuando una de ellas funciona, la repito o la repiten amigos y colegas. Y así, por una selección más natural que artificial, los pensamientos compactos acaban ganándose el puesto. Hoy casi desconfío de las ideas que no pueden formularse en una sola frase».
Podría decirse, pues, que esta colección de aforismos es el resultado de treinta años dedicados a preguntarse y explicarse la realidad. Su disposición en cuatro partes sugiere un asedio ordenado a cuanto nos intriga de nuestro complejo entorno: la Realidad («¿es el azar un producto de nuestra ignorancia o un derecho intrínseco de la naturaleza?»), la Vida («un raro estado de la materia inerte»), el Conocimiento («una representación finita de una complejidad infinita transmisible por vía no genética») y la Civilización («la ética es la estética del comportamiento»). A ratos vademécum de reflexiones autosuficientes, por momentos pequeño tratado con mínimos desarrollos lógicos, estos quinientos pensamientos sobre la incertidumbre sorprenden por lo novedoso de su perspectiva y por la agudeza con que tratan del azar y del tiempo, del arte y de la ciencia como formas complementarias de conocimiento, o de la convivencia y la transmisión de saber como pilares de una comunidad civilizada.