Este delicioso e incisivo ensayo de Murielle Joudet reúne ocho retratos de actrices: Nicole Kidman, Thelma Ritter, Brigitte Bardot, Meryl Streep, Mae West, Frances McDormand, Isabelle Huppert y Bette Davis. Ocho maneras de afrontar esa «segunda mujer» que, según anunciaba Gena Rowlands en Opening night, hacía su entrada cuando la juventud declinaba y moría, inevitable ruptura de identidad que explorara a fondo Simone de Beauvoir. Se analiza aquí un esfuerzo específico, sostenido bajo la presión social y el escrutinio masculino —y dentro de una industria que tritura la realidad del cuerpo femenino—, la infatigable inventiva de unas mujeres que acaban por transformarse en agentes dobles de su propia apariencia, haciendo del cine el lugar de una posible y milagrosa reinvención de sí mismas. En cada actriz subyace una parecida historia de ingenuidad inicial y posterior rearme, estrategias de resistencia en un medio tan restrictivo y codificado como el cine: de la aceptación plácida a la lucha por ampliar límites o, simplemente, a la liberación y el abandono de tan exigente receptáculo de miradas. Estas intérpretes, en tanto que «mujeres intensificadas» que se observan a sí mismas mientras se saben examinadas, convierten las películas en espacios simbólicos que expresan, comentan y escenifican la condición femenina, y cómo sus historias pueden ser suprimidas o reescritas. La actriz, por fin, como creadora de formas.