Estas Cartas filosóficas son una amplia selección de las Epístolas morales a Lucilio, que reúnen en sus
veinte libros ciento veinticuatro cartas que Lucio Anneo Séneca (4 a. C. - 65 d. C.) dirigió a su joven amigo y
discípulo Lucilio, que era procurador imperial en la provincia de Sicilia en aquellos años finales de la vida de Séneca
en que se escribieron. Las epístolas son de contenido filosófico y filiación estoica y en gran parte están presentadas
como las respuestas del maestro a problemas de orden teórico o práctico (de pensamiento o de conducta) que le habría
planteado su joven amigo. En ellas se encierra, de un modo aparentemente asistemático pero en realidad muy coherente,
la peculiar versión del estoicismo que es la filosofía de Séneca. Estas Cartas filosóficas constituyen un texto muy
romano, no sólo por la frecuente referencia a aspectos de la vida del autor y del destinatario (viajes, costumbres,
personajes, historias, tradiciones, etc.), sino por la seriedad moral y el sentido de la responsabilidad social del
sapiens que en ellas se dibuja y por las citas literarias que esmaltan el texto. Séneca reduce a límites exiguos
problemas morales, creando así una especie de ensayos y de asedios de temas de importancia excepcional en la historia
del pensamiento.