Entre las siete tragedias de Sófocles (c. 496 - 406 a. C.) que se han conservado completas, Electra es muy
similar a Antígona en algunos aspectos, trata un tema muy relacionado con las Coéforas, de Esquilo, y que
contemporáneamente desarrolla Eurípides. Los hermanos Electra y Orestes, hijos de Agamenón, vengan la muerte de éste en
su propia madre Clitemnestra. La movilidad y la variedad de los acontecimientos producen una serie de reacciones en
Electra que perfilan su dolorosa personalidad. La obra de Sófocles se ha convertido con el curso del tiempo en el
paradigma de la tragedia griega, y sobre ella descansa en gran medida nuestra comprensión de este género y de sus
implicaciones filosóficas y religiosas. Su estilo es una mezcla prodigiosa de naturalidad y dignidad literaria, un
registro, aparentemente sencillo, que parece dar siempre con la nota justa. Todo ello, apunta Jorge Bergua Cavero, «ha
hecho siempre de Sófocles la encarnación misma del ideal clásico de equilibrio y perfección formal».