Las crisis son ocasiones para auditar nuestra forma de vida, explorar las causas que la activaron y abordar el futuro desde una nueva mentalidad. Esta crisis global nos ha permitido redescubrir valores como el cuidado, la gratitud, la humildad, la solidaridad, la paciencia, la perseverancia, la generosidad y la entrega, valores que extrañamente ocupan un lugar relevante en nuestra sociedad. Todo ello nos exige repensar cómo vivimos, nos relacionamos, producimos y consumimos, pero, a su vez, nos invita a imaginar un futuro distinto, a soñar otro mundo posible para nosotros y para las generaciones venideras.