Pocos filósofos del siglo XX como Jean-Paul Sartre (1905-1980) han tratado de explicar su concepción del mundo y del hombre por tantos medios diversos, pues no sólo se expresó a través de estudios filosóficos complejos y casi al alcance de unos pocos, sino que incursión prácticamente en todos los géneros literarios: desde la novela y la dramaturgia hasta los guiones de cine, la crítica y aun la biografía y las memorias. La tesis de Jorge Martínez Contreras es que los seiscientos o más escritos de todo tipo del filósofo francés obedecían a un solo proyecto fundamental: el de responder a la pregunta sobre el hombre. Profundamente racionalista, ateo por lo demás, Sastre pensó al hombre como un fenómeno totalmente cultural, histórico, que no puede ser explicado derivándolo meramente de los fenómenos naturales. Para él, es la libertad, o existencia de una conciencia intencional en el Universo, el concepto básico sobre el cual construir el edificio del porqué el antropoide que es el hombre estructuró la cultura. No por ello debe considerarse como monolítico el pensamiento sartreano, pues el análisis de este concepto se dio en dos épocas filosóficas distintas, aunque sólo parcialmente difieran entre sí: La humanista, que pretendió hacer del hombre un ser totalmente responsable de su destino, y la antropológica, que situó al hombre en el universo de la escasez y de la lucha inexorable con los otros hombres. Sobre todo en la crítica de la razón dialéctica intenta Jean-Paul Sastre fundar de este aserto: el de que la escasez sea el motor del fenómeno dialéctico que constituye la historia humana. Diversos trabajos han circulado entre los lectores interesados que abarcan una u otra época de la filosofía de Sastre o determinada obra en particular, mientras que el libro que ahora publicamos intenta una síntesis de todo su pensamiento, y su piedra de toque es la antropología sartreana