Durante la era imperial, Plinio el Viejo (23 - 79 d. C.) pasó por ser el hombre más sabio de su época. Y es
que, además de una larga carrera militar, dedicó su vida la observación del mundo que le rodeaba y a escribir libros y
tratados sobre las ciencias y doctrinas más dispares. Se ha perdido casi toda su producción, entre la que se contaban
textos de gramática, retórica e historia. Sin embargo, se ha conservado su mayor y más extensa obra, la Historia
natural, compendio enciclopédico de 37 libros en el que se intenta recoger todo el saber humano en lo que a ciencias
naturales se refiere: geografía, antropología, zoología, botánica, remedios medicinales y reino mineral. En este
volumen, El cosmos, Plinio despliega todos sus conocimientos sobre astronomía, los fenómenos meteorológicos y
geológicos y algunas creencias de la Antigüedad relacionadas con la tierra y el mar. Hoy la obra de Plinio sorprende
por su inmensa erudición, pero también por desvelarnos la particular concepción del mundo que tenían los romanos.