Al finalizar la Guerra Civil española en 1939, uno de los muchos destinos al que se dirigieron los
exiliados republicanos fue la Unión Soviética. Aunque se trató de una opción minoritaria entre los emigrantes, el país
eslavo abrió sus puertas a unos tres mil «niños de la guerra», que fueron evacuados junto con maestros y personal
auxiliar, además de exiliados políticos vinculados al PCE y al PSUC, a centenares de marinos y pilotos, y decenas de
españoles que estaban en Berlín cuando fue liberado por el Ejército Rojo. A muchos de ellos les aguardaba una vida dura
y de sufrimiento: años de internamiento, deportación, política estalinista represiva?