Recuperado casi plenamente del terremoto que sufrió en 2015, montañeros, senderistas, trekkers o simplemente amantes de los paisajes de estremecedora belleza siempre mencionarán Nepal en su lista de países favoritos, pero también lo harán los aficionados al rafting, los interesados por el hinduismo y el budismo, los que disfrutan con la visita a recintos arqueológicos o los viajeros enamorados de Asia.
Todo eso ofrece Nepal, unido a un modo tradicional de vida que puede palparse en cuanto el viajero se aparta unos kilómetros de la ruta turística, pues Nepal ha estado cerrado a todo occidental hasta los años cincuenta del siglo pasado.
En Nepal se encuentran varios de los montes más altos de la Tierra, entre ellos el más elevado, el Everest, los Annapurnas o el Machapuchare. Estas impresionantes y sagradas montañas dan paso a valles de clima subtropical donde se asientan las localidades más importantes: Kathmandú, Pokhara o las joyas medievales de Patan y Bhaktapur.