Al llegar el rock and roll a España, en 1956 y con total puntualidad, lo hacía como primer eslabón de una era de la música popular que llegará hasta el presente. Este libro narra la apasionante historia de un país cambiante y en desarrollo que asume los ritmos, sonidos y artistas anglosajones como condimento de una modernidad que asomaba. Se palpan diferentes subculturas, drogas legales e ilegales y una sensación de estar conectados, permanentemente, con el exterior. Sí, esta historia definitiva en dos volúmenes –en este primero se aborda el periodo entre el rock and roll y la beatlemanía– permite contemplar que, más allá de los avatares políticos, asistimos a un territorio lejano de los tópicos de aislamiento y grisura. Y que, al margen de importar fenómenos, tenía arrestos para exportar diferentes nombres y corrientes al mundo.