Siete trenes aborda la cotidianidad de un grupo de personajes cuyas vidas en progreso, igual que trenes, avanzan a lo largo de vías paralelas que no se cruzan, pero que tienen un mismo destino. Sorprendidos en una mañana cualquiera de un verano especialmente caluroso, aparecen ante el lector como lo que son: seres comunes que pueden ser abyectos, con sus virtudes y sus miserias a cuestas; con los pies en la tierra, y un hervidero de sueños su cabeza. Novela costumbrista en la que el narrador actúa como una cámara de cine que registra cuanto ve para un solo espectador: el lector imaginado, el que sufre y sueña y arrastra sus propias desdichas, él también personaje; quien justifica, en última instancia, lo narrado en el libro.
Siete trenes es la segunda novela publicada por su autor. En Ediciones Carena también ha publicado Quimera del lector absorto.