Narrada en primera persona por su protagonista, Cándida, Una familia imperfecta es el relato de una profunda crisis vital, cuyo desarrollo y consecuencias resultarán reconocibles para muchos lectores.
Hija mayor una familia acomodada venida a menos, Cándida deja a su marido en Madrid y vuelve a su Barcelona natal para acompañar a su madre, una mujer despótica y resentida, hasta la residencia donde pasará sus últimos meses de vida.
Sus únicos familiares son su hermano, Ángel, enfermo de cáncer, y una tía paterna, cuya etapa de juventud ejerció de referente sofisticado y liberador. Enemigas encarnizadas, tía y madre son guardianas de los secretos familiares que se van revelando a lo largo de la novela. A medida que Cándida va descubriendo lo que su propia familia se ha dedicado a ocultar durante décadas, asistimos a la historia de una saga familiar formada por descendientes de la burguesía barcelonesa y terratenientes de provincias.
Centrada en personajes que tenían guerra y posguerra aún muy cerca, su peso se hace sentir todavía en la Cataluña de hoy que Cándida encuentra a su regreso. Una novela que habla de mujeres a las que el acceso a la educación y la cultura no sirvió para salvarse de esos demonios familiares que siempre acaban dando alcance.