De la pertinencia de las novelas históricas de Sender, quizá sea esta Túpac Amaru la más acabada y persuasiva muestra. Y todo ello, servido con la prosa natural, el rigor documental e intelectual y la sabiduría narrativa de uno de los más grandes novelistas españoles del siglo XX. Lorenzo Silva.
Hemos olvidado a Ramón J. Sender justo cuando su voz y su conciencia parecen más necesarias que nunca. Enrique de Hériz.
Gracias a él comprendí mejor la atroz realidad de ser español. Le debo muchos ratos de feliz lectura a ese oscense que tuvo la desgracia de nacer aquí, de ser exiliado de izquierdas para unos e ir demasiado a su aire para otros, díscolo y aragonés, malquerido al fin y ninguneado por casi todos. Arturo Pérez-Reverte.
?Para Túpac Amaru el rey de España era un señor bondadoso que leía con disgusto los informes de sus virreyes y amaba a los indios, a quienes los corregidores, los caciques renegados, los dueños de minas, los curas doctrineros, los hacendados y los repartidores explotaban sin piedad.? En estas líneas resume Ramón J. Sender el sentir del caudillo indígena mucho antes de que este se rebelara contra la dominación española y su cruel explotación de la población india por parte de los representantes reales.
Ramón J. Sender (Chamalera, Huesca, 1901-San Diego, EE.UU., 1982), escritor y periodista, con sólo diecisiete años publicó algunos artículos en la prensa madrileña de la época. Cuando cumplió los veintiuno, ingresó en el ejército y sirvió como oficial en la guerra de Marruecos. Basada en esa experiencia, escribió la novela Imán (1930), que tuvo una gran difusicón y fue traducida a varias lenguas. En 1932 se embarcó como exiliado para México y en 1942 se instaló en Estados Unidos. Entre sus obras destacan Los cinco libros de Ariadna (1957) Réquiem por un campesino español (1953/1960) y Crónica del alba (tres volúmenes, 1963/1967).