«Nació entre cenizas, sobre piedra. El pan es
más antiguo que la escritura. Sus primeros nombres están grabados en tablillas de arcilla en lenguas extintas. Parte de su pasado ha quedado
entre ruinas. Su historia está repartida entre países
y pueblos». Predrag Matvejevi263; nos propone
recorrer un camino que aúna poesía, filosofía,
historia y ciencia, y en el que se hará visible
tanto el fruto del esfuerzo humano como
su valor simbólico. Porque, en efecto, el pan
acerca Dios a los hombres, es el negador del
hambre, la aspiración del miserable, la comida
que le sobra al rey. Se reclama en los hospitales
y los orfanatos, y es finalmente un símbolo
de justicia.