William Hope Hodgson nació en 1875, hijo de un clérigo
de Essex, y desde muy temprano se hizo a la mar como tripulante de barcos
mercantes con los que dio varias veces la vuelta al mundo. No obstante,
Hodgson
aborrecía aquella vida, y en cuanto tuvo ocasión la abandonó
para dedicarse a otras labores y a escribir relatos llenos de misterio,
terror y aventura, ambientados muchos de ellos en el mar, un mar peligroso
y lleno de entidades monstruosas y barcos abandonados. A pesar de que durante
años la obra de Hodgson permaneció en el olvido a
causa de su temprana muerte en Francia, durante la Primera Guerra Mundial,
truncándose así su carrera literaria, autores como H.P.
Lovecraft, que hablaba con entusiasmo de su novela sobrenatural
La
casa en el confín de la tierra (en esta misma colección),
o Clark Ashton Smith lo reivindicaron como maestro (junto a Ambrose
Bierce y otros) de la naciente escuela norteamericana del Horror Sobrenatural.
En Los botes del «Glen Carrig» (1907), primera novela
publicada por Hodgson, cuyo largo subtítulo descriptivo anticipa
el estilo dieciochesco de esta narración, relata en forma de diario
las desventuras de los supervivientes del barco Glen Carrig, que,
tras un naufragio sufrido en los ignotos mares del sur, arriban con los
botes salvavidas a una costa desconocida, y más tarde a una isla
misteriosa, para descubrir que, lejos de ser refugios seguros, más
parecen territorios extraídos del Infierno de Dante...