En 1952, el escritor francés André Maurois encontró una caja llena de hojas manuscritas en un guardamuebles de la familia de Marcel Proust. Estudiado el contenido y encontradas referencias epistolares al mismo, Maurois concluye que se trata de una novela de Proust iniciada en 1896 y enriquecida a lo largo de siete años por el escritor con sucesivos textos de índole autobiográfica: el encuentro con el poeta y crítico John Ruskin, su duelo con el escritor bohemio Jean Lorrain, su posición ante el «caso Dreyfus», etc.
En el prefacio Proust nos presenta a los dos principales personajes de la novela, Jean Santeuil y Henri de Réveillon, que son convocados por un escritor llamado C. a su lecho de muerte para ofrecerles su última novela, que Santeuil se encargará de publicar. Ese juego de la novela dentro de la novela no tarda en disolverse dando paso a la voz del protagonista, Jean Santeuil, cuyo nombre sirvió al primer editor de la novela para darle título, pues carecía de él. La génesis de Jean Santeuil es la «memoria» de los años de infancia, adolescencia y formación del protagonista, que empieza recordándose niño en los Champs-Élysées enamorado de una compañera de juegos, Marie Kossichef, para alternar luego ese recuerdo con descripciones contemporáneas: Santeuil está pasando una temporada en el castillo de Madeleine Lemaire.
En Jean Santeuil el lector podrá encontrar el origen de infinidad de anécdotas, obsesiones, reflexiones, paisaje y mundo amoroso desarrollado posteriormente en A la busca del tiempo perdido.