«Así vivía esa vida mediocre, persuadido de que dicho instante llegaría; y cuando tomaba conciencia de esta esperanza, se insultaba por aquel repugnante optimismo, pues el pesimismo le parecía, después de todo, la única concepción aceptable de la vida y la única acorde con la realidad. Él profesaba la fe del pesimismo.»
En el París del Barrio Latino, la Sorbona y los cafés, jóvenes y mayores creen burlar el paso del tiempo conversando de filosofía y literatura. Y justamente el tiempo es el verdadero protagonista de esta novela, entendido no solo como un retorno cíclico y alterno de las estaciones, sino también como el único e ineludible medio con el que el hombre se entrega a la vejez y la muerte.
Los últimos días es una obra de construcción perfecta, en la cual desfilan las historias de algunos parisinos que se cruzan sin una finalidad aparente: los estudiantes con sus esperanzas, los ancianos que frecuentan el café Soufflet, el poeta-filósofo Tuquedenne y sus amigos, y Alfred, el camarero futurólogo entregado a la estadística y a la lectura de las revoluciones planetarias.
Raymond Queneau (1903-1976). Escritor y poeta, a finales de los años veinte se adhiere al surrealismo y a las ideas del grupo de artistas que gravitaba alrededor de Breton. Progresivamente, se va alejando de esa influencia y en 1960 funda el movimiento experimental OuLiPo (Obrador de Literatura Potencial). Entre sus obras, caracterizadas por un humor refinado y sutiles inventos estructurales, destacan Odile, Zazie en el metro, Flores azules y Ejercicios de estilo.