En los Juegos Interaliados de Berlín, en 1946, al ver detrás del cartel de Checoslovaquia a un solo atleta desmañado, todo el mundo se ríe. Pero después, cuando en los cinco mil metros acelera sin parar y cruza la meta en solitario, los espectadores estallan en un clamor. El nombre de ese chico que siempre sonríe: Emil Zátopek. En pocos años y dos Olimpiadas, Emil se convierte en invencible. Nadie puede pararlo: ni siquiera el régimen checoslovaco, que le espía, limita sus traslados y distorsiona sus declaraciones. Emil corre contra su decadencia, y sonríe. Incluso en las minas de uranio adonde lo destierran porque ha apoyado a Dubcek. Ni siquiera Moscú puede pararlo. La nueva novela de Echenoz atraviesa cuarenta años de un destino excepcional y sin embargo misteriosamente parecido al nuestro. Y nos regala una escritura encrespada de esa impagable ironía que para Echenoz es sólo un pudoroso afecto. «Un swing en la escritura digno de los más grandes libros de Echenoz» (Baptiste Liger, Lire); «Nada es inventado. Pero no nos hallamos ante una biografía. Se trata, pura y simplemente, de una novela, vibrante, elíptica, irónica» (Nathalie Crom, Télérama). «Una novela hipnótica… Echenoz nos describe la vida de Zátopek como la de un héroe trágico del siglo XX. La de un ciudadano sin ideología que fue victima de los grandes totalitarismos… El relato emociona por su capacidad de meterse en la piel del héroe. Sus dudas, sus tribulaciones, son las nuestra» (Miquel Molina, La Vanguardia). «Es la novela de Echenoz que debería definitivamente convertirlo en un narrador de enorme difusión, pues el prestigio ya lo tiene desde antes de ganar el Goncourt en 1999 con Me voy» (Javier Aparicio Maydeu, El País). «Su prosa ha sido siempre de una velocidad endiablada y aventurera… En Correr nos reencontramos con la ya clásica voz narrativa de Echenoz, irónica, divertidísima, y tan cercana que a ratos parece oral… Está escribiendo mejor que nunca» (Nadal Suau, El Mundo). «Es la historia de Emil Zátopek, pero en el libro aparece también lo que ocurrió en Checoslovaquia durante buena parte del siglo XX... Magnífico libro» (J.A. Rojo, El rincón del distraído). «Como ya hiciera en Ravel, Echenoz practica un género que parece inventado por él. ¿Biografías? Tajantemente, no. Y sin embargo nunca como en ese mágico libro el músico nos pareció tan transparente y tan misterioso a la vez. Ahora el escritor galo retorna a la fórmula que tan excelentes resultados le dio… Me viene a la memoria una novela de Alan Sillitoe, La soledad del corredor de fondo. Me parece que Echenoz escribe un libro de parecido espíritu» (J.Ernesto Ayala-Dip, El Correo Español). «Se lee de un tirón porque es una novela magistral de ritmo e interés, medida en sus elipsis, que retrata a un personaje y a un deporte fascinantes, y que abarca una época donde vivir era enfrentarse a las sucesivas formas del horror y del espionaje» (Antón Castro, Heraldo de Aragón). «Con una prosa sobria y precisa y un ritmo admirable, el autor firma una pequeña obra de arte» (Ignacio F. Garmendia, Diario de Sevilla). «La vida personal y los esfuerzos de superación de Zátopek en su carrera de campeón, podrá gratificar a los lectores aficionados al deporte pero, posiblemente también, a los que hasta aborrecen los fastos nefastos del deporte pero gustan de la lectura de la aventura humana, tan soberbiamente protagonizada por Zátopek, el increíble corredor checo, y tan bien escrita por Echenoz» (Santiago Aizarna, El Diario Vasco). «Una veloz y lograda nouvelle biográfica sobre el corredor checoslovaco, en la misma línea de su celebrada Ravel, sobre el enigmático compositor del Bolero» (Matías Néspolo, El Mundo). «Como hizo en Ravel, Echenoz elige un personaje atractivo y relata en tercera persona y en presente sus vicisitudes. Emil Zátopek es un hombre doblemente interesante. Como deportista fue un innovador con ideas propias, no tuvo entrenador e inventó el sprint final y un sistema de preparación física que potenciaba la resistencia… Su fama fue apoteósica y muy prolongada: cuenta Jean Echenoz que cuando lo condenaron al ostracismo y lo emplearon como basurero, seguía arrancando de quienes le reconocían las ovaciones más entusiastas. Su vida, desde luego, merece, por lo menos, un libro» (Fátima Uribarri, La Gaceta de los Negocios). «Hace más de veinte años se dijo de Jean Echenoz que era la gran esperanza de las letras francesas. Más de dos décadas después y tras un buen puñado de libros publicados, aquella esperanza recién premiada es uno de los novelistas más prestigiosos de la literatura europea. Y lo es, en gran medida, por proyectos como el que acaba de traducir al español la editorial Anagrama… Una historia dramática y épica a la vez narrada por un auténtico maestro del género» (El Ideal Gallego). «Con ligereza hipnótica y fascinante va desgranando las terribles circunstancias políticas sobre las que tuvo que correr el corredor de fondo más rápido del mundo… Correr es su obra más lograda, tan simpática como dolorosa, tan ligera como fascinante» (Javier Puebla, Cambio 16). «Un libro que se lee raudo y veloz, como su protagonista» (Iñaki Urdanibia, Gara). «De repente no nos damos cuenta y las páginas vuelan, y con ellas las efemérides de unos ídolos convertidos en carne cercana porque pese a la mitificación de sus rasgos los percibimos desde la normalidad, sin esa pátina que otrora se reservaba para describir las gestas de los hombres ilustres. Estas cualidades relucieron en Ravel y se refuerzan en Correr… La ventaja de esta obra excepcional es que pese a su exactitud no debe rendir cuentas con la documentación empleada al usarla con fines literarios que interpretan las fuentes y a partir de las mismas dibujan temas de relevancia» (Jordi Corominas i Julián, Revista de Letras). «Apasionante aproximación a la vida del velocista olímpico Emil Zátopek, cuya carrera deportiva corrió pareja con la manipulación de un régimen comunista que lo convirtió en héroe nacional… Echenoz no escribe biografías sino recreaciones noveladas de una vida dando lugar a un híbrido muy atractivo… El éxito del libro radica en este tono escueto, épico hasta cierto punto pero también tierno; la novela de una vida que supone una vuelta de tuerca al género biográfico. El resultado es una novela fresca, de esas que te deleitan a cada párrafo; te transporta a una terrible realidad en la que el esfuerzo y la honradez resultan en buena parte premiados, aunque lo básico en una dictadura opresiva sea sobrevivir» (Alfonso Vázquez, La Opinión de Málaga). «La narración, cercana y descriptiva, adquiere un carácter misceláneo, a caballo entre la novela tradicional, la crónica deportiva y el documental» (José Manuel Estévez Saá, El Correo Gallego). «Entre la verdad y la ficción, el autor de Me voy monta un metraje verosímil y apasionante» (Peio H. Riaño, Público). «Una forma de narrar imparable, tán calida como cercana y sencilla, sinuosa como un río calmo. Jean Echenoz en estado puro, uno de los mejores escritores del panorama internacional en la actualidad» (Cambio 16).