El amor y las obsesiones de las que irremediablemente va acompañado son el eje vertebrador de La prisionera,
el quinto volumen de En busca del tiempo perdido, la colosal obra con la que Marcel Proust se erigió como uno de los
mejores escritores de la historia de la literatura. A partir de la reclusión de Albertine, la amante del narrador
protagonista, Proust analiza con su particular y penetrante mirada las relaciones amorosas y los sentimientos
encontrados que acaban provocando en los amantes, como deseo y sensualidad, pero también celos y frustración.