«Si este es el mejor de los mundos posibles, ¿cómo serán los otros?»
Muchos han sido cándidos sin saberlo. Muchos siguen creyendo que vivimos en el mejor de los mundos posibles. Aunque cada vez tengamos menos razones para pensarlo.
Voltaire disparó con este cuento moral contra el orden establecido, el fanatismo religioso, el optimismo acrítico y la codicia humana, porque el mundo era un lugar «bien loco y bien abominable» en 1759. En muchos aspectos, lo sigue siendo, y en otros, lo es aún más. Un clásico más moderno que nunca. Y necesario como siempre.