Aldara está convencida de que, el día que nació, los hados se debieron de pillar una buena borrachera. ¿Por qué a ella le tocó la cara de pan, un pelo amorfo y carne al peso y no los ojos verdes, el tipazo de modelo y el hoyito en la barbilla de su hermana? Después de años de comparaciones más o menos sutiles entre ambas, Aldara se ha convertido en una adolescente inteligente y con un sueño, ser actriz. Pero en un mundo donde todos parecen perfectos, a menudo se siente como un mastodonte con acné. Y lo peor es que los kilos de más pesan tanto sobre su autoestima que la joven empieza a perder el control peligrosamente?