Ni Sherlock Homes ni Hercule Poirot ni ningún otro de los grandes detectives de la literatura y del cine habrían existido sin Auguste Dupin, el personaje con el que el genial y atormentado Poe inauguró todo un género: la novela policíaca. Aficionado a los enigmas y dotado de una asombrosa capacidad deductiva, Dupin resuelve, casi sin noverse de casa, los más intrincados misterios, los crímenes que desconciertan a la policía y mantienen en vilo a todos los ciudadanos de París.