Este libro no sirve para adelgazar. Tampoco existe garantía de que mejore las perspectivas laborales o las
relaciones familiares. Quien haya leído alguna de las tres obras aquí recopiladas (Historia de Londres, 1999; Historias
de Nueva York, 2006; Historias de Roma, 2010) ya sabe que se expone a unas crónicas difícilmente clasificables, no del
todo humorísticas ni del todo melancólicas, que componen la biografía íntima de unas ciudades maravillosas. También, de
alguna forma, es la biografía de un tipo que tuvo la suerte de vivir en ellas y de conocer a gente extraordinaria.