Wilfred Owen (Oswestry, Inglaterra, 1893 – Ors, Francia 1918) se interesó por la poesía siendo adolescente. Sin embargo, sus tentativas en este campo no hubieran aportado nada nuevo a la literatura de no haber sido por sus experiencias vitales en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Allí conoció el sufrimiento propio y el ajeno; no obstante, este dolor no lo llevó a escribir poemas de exaltación patriótica y guerrera, sino a expresar con voz lírica estos padecimientos y la compasión que la contienda despertó en él. Con humildad y sin rencor, nos cuenta cómo se sentían muchos soldados en la primera línea de una guerra que para muchos de ellos ya había perdido todo sentido.
Wilfred Owen (cuya obra fue utilizada por Benjamin Britten en el célebre War Requiem, 1962) murió en Francia en el campo de batalla y sus poemas —vertidos aquí por Isabel Lacruz y Carles Llorach-Freixes— hacen de él el gran poeta del sufrimiento y del horror que supuso la Gran Guerra.