LUC DE CLAPIERS, marqués de VAUVENARGUES (1715-1747), nació en Aix-en-Provence, hijo mayor de una familia de la baja nobleza. Su mala salud no impidió que a los 17 años se alistara en el Ejército en busca de una vida de acción. Sin embargo, el destino no le había llamado para la servidumbre y la grandeza de una carrera militar, y el año de 1741, durante la larga e ignominiosa retirada de Praga, contrajo una enfermedad pulmonar que acabaría con su vida seis años más tarde. Alentado por Voltaire, se desplazó a París para consagrarse a la literatura. Planificó un volumen que tituló modestamente Introducción al conocimiento de la mente humana. Y en 1746 publicó un pequeño libro que contenía algunos ensayos y una selección de sus máximas. «Regresemos con Vauvenargues a la pureza de la lengua, a la serenidad de los pensamientos y a la integridad moral». Estas palabras, con las que Sainte-Beuve encabeza su ensayo sobre el moralista, condensan los aspectos esenciales de su obra breve, pero henchida de claridades.