En estos tiempos de debates tan agresivos y poco razonados, es sencillamente liberador leer un debate tan Singular como el presente.
Y es que cuesta imaginar dos figuras más brillantes, mordaces y antagónicas que Chesterton y Shaw. También, en la historia de la literatura, cuesta encontrar dos rivales que se respetaran tanto. La mejor muestra, milagrosamente salvada, de que disponemos para constatarlo es el texto recogido, que captura el único debate público entre los dos pensadores que nos ha llegado.
Y no debaten temas menores. Lo hacen sobre el derecho a la propiedad, la distribución justa de la riqueza… podría absolutamente tratarse de una discusión de nuestros días. Con salvedades notorias: el respeto mutuo, la brillante argumentación que defiende las posiciones... ¿Tenemos derecho a tener propiedades? ¿Es justo el reparto de la riqueza? ¿Cómo se puede tener una sociedad más igualitaria? Que sean estas dos mentes privilegiadas las que nos hablen… estén de acuerdo o no.