DURANTE EL INVIERNO, LOS NIÑOS DE LAS RAÍCES DUERMEN ACURRUCADOS EN LAS PROFUNDIDADES DE LA TIERRA. CUANDO LLEGA EL BUEN TIEMPO, CELEBRAN LA FIESTA DE LA PRIMAVERA VESTIDOS CON ROPAS DE COLORES. ENVERANO JUEGAN CON LOS INSECTOS BAJO EL SOL BRILLANTE. Y, EN OTOÑO, EL FUERTE VIENTO SE LLEVA SUS VESTIDOS COLORIDOS Y ELLOS VUELVEN A REFUGIARSE EN SU CASA, ACOGIDOS POR LA MADRE TIERRA.