El fenómeno de la alta complejidad se ha multiplicado en la población adolescente como consecuencia de las crecientes exigencias y presiones sociales, económicas, tecnológicas o educativas.
La «alta complejidad» en salud mental no es un fenómeno nuevo. Está presente en pacientes que, por sus situaciones familiares y sociales, sus experiencias traumáticas tempranas o sus vulnerabilidades emocionales, acumulan dificultades en ámbitos diversos y presentan necesidades complejas.
En la actualidad, existe entre los profesionales la sensación de que la alta complejidad se ha multiplicado en la población adolescente como consecuencia de las crecientes exigencias y presiones sociales, económicas, tecnológicas o educativas. Estas demandas los empujan y tensionan para que se adecuen a las estructuras educativas y laborales, sean consumistas, participativos y dóciles a la vez. Este aluvión de exigencias los apremia y les genera sufrimiento.
En este libro se estudia y evalúa las características y las dificultades que presentan estos adolescentes, así como sus necesidades asistenciales y las de sus familias. Por otro lado, presenta diversos diseños de intervención para atender los casos especialmente complejos y los recursos con los que se cuenta desde la red de salud pública para atender a jóvenes con problemas de salud mental.