Fedra es la tragedia del amor prohibido. La de una mujer en cuyo corazón crece, invencible, una pasión castigada por el cielo y por los hombres. Le horroriza lo que siente hacia su amado, pero ya no es dueña de sí, es un animal enloquecido. Ha elegido morir por apartarse de su hijastro, pero lo ve en todas partes, en cada sombra ve la imagen de un hombre al que no puede nombrar.
Hécuba es la tragedia de la venganza. La de una anciana que nació en un palacio, esposa de un rey y madre de hombres llamados a ser reyes, y que hoy solo espera ser arrastrada como esclava hacia tierra extranjera. Pero precisamente cuando es más débil, se levanta fortísima y devuelve un golpe tan brutal como el que ella recibió, erigiéndose en acusador, juez y verdugo.
«Dos mujeres dolientes que sienten, sufren y toman las riendas de su destino, que laten llenas de vida. El perfecto equilibrio entre ternura y desgarro. Eros y Tánatos». Antonio López Fonseca