«Quien siembra injusticia cosecha desgracias», se dice en la Biblia, y Kostas Jaritos tendrá que enfrentarse a la violencia desencadenada.
«Cada novela, cada historia, cada trazo de Petros Márkaris y Jaritos es una instancia hacia la vida de verdad, hacia asuntos cotidianos…, hacia unas formas de vivir y de trabajar próximas, entrañables y miserables (siempre la miseria moral unida a los diversos poderes), y eso es lo que atrae, lo que deslumbra, lo que agradece el lector.» Fernando R. Lafuente, Abc Cultural
«Márkaris se ha convertido en uno de los mejores autores de novela negra actuales.» Lilian Neuman, La Vanguardia
«Un referente actual de la mejor tradición de la novela negra, esa cuyo espíritu inconformista se identifica con los perdedores del sistema.» Andrés Seoane, El Cultural (El Mundo)
«Ideal para los que no quieran despegar los pies de la tierra ni olvidarse de los grandes problemas, como pasaba con las novelas del siglo XIX de Zola o Balzac.» Ángeles López, La Razón
«Uno de los clásicos vivos del género.» Sergio Vila-Sanjuán, La Vanguardia
Kostas Jaritos es todavía un novato en su nuevo puesto como director de Seguridad del Ática. Para colmo, uno de sus principales valedores, el ministro del Interior, ha dejado su puesto y han nombrado a otro con quien Jaritos todavía no ha trabajado. Entretanto, en la universidad de Atenas se ha desatado una revuelta estudiantil. A Jaritos le preocupa la situación, pero aún le preocupará más cuando le informen de que, durante los disturbios, han asesinado a un prestigioso profesor de matemáticas que impartía clases en la Facultad de Economía. De inmediato, el foco se dirige hacia los allegados de la víctima y, sobre todo, hacia sus alumnos, pues no gozaba de gran popularidad… Pero ¿era odiado hasta el punto de que un universitario deseara su muerte? Y, yendo más allá, ¿a qué presiones y problemas se enfrenta la juventud de hoy en día? Por desgracia, la cosa no acaba ahí, y Jaritos y su sustituta al frente de la Brigada de Homicidios, Antigoni Ferleki, se internan en una investigación donde los límites entre víctimas y verdugos son más borrosos que nunca.