Cuando una madre denuncia la desaparición de un niño que, al parecer, jamás ha existido, sólo Harry McCoy es capaz de desentrañar el misterio.
«Las novelas de Harry McCoy del audaz Alan Parks son cada vez mejores. … Si aún no estás leyéndolas, empieza ahora mismo.» Liam McIlvanney
«El giro final te hará gritar.» The Times
«De ritmo endiablado.» The Scotsman
«Un noir bellamente elaborado, de precisión milimétrica, gran caracterización y prosa excelente. Novela policiaca del más alto nivel.» Caro Ramsay
«Parks recrea un mundo de deterioro urbano y decadencia espiritual en esta brillante serie. Las novelas se pueden leer en cualquier orden; lo importante es leerlas todas.» The Times
Cuando una mujer llamada Judith West entra en una comisaría de Glasgow para denunciar la desaparición de su hijo de nueve años, nadie es capaz de encontrar ningún registro del niño, ninguna prueba de que jamás haya existido. El detective Harry McCoy, recién destinado al otro extremo de la ciudad, descubre que la familia West pertenece a una congregación religiosa muy estricta, y sospecha que detrás de la desaparición de Michael West se esconde más de lo que parece. Entre tanto, en ese caluroso mes de junio, aparece muerto en extrañas circunstancias un vagabundo; después, un pequeño delincuente. Y mientras McCoy busca al niño desaparecido, debe ocultar a sus colegas el verdadero motivo de su presencia en su nueva comisaría: investigar la corrupción interna. Algunas personas rezan para que triunfe la justicia, pero el agente Harry McCoy no puede esperar a que los rezos surtan efecto.