Joana ha subido al ascensor ¡y se ha quedado atrapada dentro! Medio a oscuras, y con el gusanillo del miedo detrás de la oreja, espera a que alguien la ayude a salir. Y mientras espera, recibe la visita de unos personajes de lo más especial: unos la distraen y le hacen compañía, otros la hacen reír, pero si no fuera por la nariz...