A la Norma le han dado una plaza para hacer de maestra lejos de su familia. Ella y David, su hermanito, cogen el tren, lleno de vaqueros y señorones. La ilusión del viaje a través de bosques, acompañados por el silbido y el humo de la máquina, se ve interrumpida bruscamente por la aparición de unos ladrones de caballos que quieren robar los que el tren lleva en el furgón de cola.