«Primero está el silencio. El podio, mi principal confidente. Y está el silencio. Detrás, un auditorio formado por centenas o miles de personas contiene la respiración. Y está el silencio. Enfrente, una orquesta formada por ochenta experimentados maestros también contiene el aliento, cada uno, concentrado, mantiene entre sus manos su instrumento , expectante ante mi primer gesto. Y está el silencio. En ese instante la atención se centra en mi primer movimiento gestual, en mis brazos, en mis manos...Y está el silencio. Doy la primera anacrusa del concierto. Y la música comienza. »
Inma Shara
Inma Shara tiene un oficio especial; su trabajo consiste en dirigir orquestas. Y en esa profesión tan apasionante se enfrenta a un reto enormemente complejo; el mismo reto que encara un líder de cualquier sector, o un directivo de una empresa: cómo armonizar equipos formados por personas de gran talento, que tocan instrumentos diferentes, para conseguir que esas notas musicales escritas sobre el pentagrama cobren vida, lleguen al público y se despliegue la magia.
La batuta invisible quiere reflejar la tensión permanente con la que trabaja un director de orquesta, que debe ser un excelente músico y al mismo tiempo un buen gestor de recursos humanos. En definitiva, el director de orquesta se enfrenta al doble reto de todo líder: marcar unos objetivos compartidos por todos que respeten la capacidad y la intuición artística de cada uno de los miembros del equipo, y lograr que estos objetivos trasciendan en una interpretación que emocione y entusiasme al público. En este libro, Inma repasa, entre otras cuestiones, el tipo de formación que se requiere para llegar a este nivel de liderazgo, y cómo se resuelve el desafío de seguir fielmente la partitura del compositor y cumplir a la vez las expectativas del público.