¿Por qué tenemos siempre tanta prisa? ¿cómo se cura esa auténtica enfermedad que es nuestra actitud ante el
tiempo? ¿Es posible, e incluso deseable, hacer las cosas con más lentitud?Vivimos en la era de la velocidad. El mundo
que nos rodea se mueve con más rapidez de lo que jamás lo había hecho. Nos esforzamos por ser más eficientes, por hacer
más cosas por minuto, por hora, cada día. Desde que la revolución la obra de Tácito se ha convertido en un monumento
literario que mantiene su vigencia a lo largo de los siglos. industrial hizo avanzar al mundo, el culto a la velocidad
nos ha empujado hasta el punto de ruptura.